viernes, 21 de agosto de 2015

En el ruidoso recoveco de la memoria
Quedaron nombres y halos de amores viejos
Palabras espina, palabras pompones
La indolencia de la rutina.

Una libertad inconforme, incompleta,
Un hastío de revoluciones inconclusas,
Quimeras inmarcesibles.

Y el ser propio se descubre
Cuando nos piden un poco màs
Cuando los jirones no alcanzan,
Confabulamos contra la desazón de los finales.

Y en nuestra elíptica vida
La cotidiana humanidad se vuelve bella
La luna no es luna sin sol
Pero el sol no existe sin tu risa
que entre el parque destella
No hay destellos sin tus ojos
Y tus ojos existen porque yo los veo.
No despierto, tampoco quiero.
No hay sueños si no estás en mi almohada
Y no hay piel si no existe el sexo.
Solo hay voces cuando se las escucha
Y hay orejas cuando se las besa.

Despierta.

El sol no quema, pero abriga
La vida duele, pero ama.

Y el mundo no es mundo
Y el amor es un misterio
Estamos adoleciendo,
El tiempo es un derroche ajeno
Y los huesos un bagaje.