miércoles, 17 de agosto de 2016

En la ruina insondable de los esquemas
La libertad de existir es de todos los cuerpos, pero existir libres.
Mi sangre ya transporta viejas pasiones enmohecidas
En  un otoño falso de sutil silueta que habita en mi piel.


Un corazón partido embalsamado de mentiras
Se atrinchera en otra realidad, la del sueño.
Mi cuerpo ya no es mío,
Lo perdí entre tantas condiciones ajenas.

Mi piel repele mis huesos
Mis pies desnudos no se deciden si ser alas o ser muro,
¿A que altura hay que llegar volando para sabernos en el cielo?
¿Qué tanto hay que huir para sabernos lejos?
¿Cuáles son tus límites para aceptar, de una vez y por fin, que estas en el límite?

Ya no soy mis curvas,
Ni mis pliegues,
Ni  aquellas mascaras, tiesas testigos de la noche;
Cuando un gajo de tanta farsa cayó al centro

Desde la trinchera,
Donde sé protegerme de los arañazos
Veo una luz de magma atravesar mi suelo
No apoyaré mis espaldas, existiré un poco más.